Existen puntos críticos en toda la cadena de elaboración de los alimentos, estos son controles de los procesos que sirven para lograr productos que cumplan con todas las exigencias o normas del mercado a donde se lo consume.
Antes de salir a buscar nuevos mercados es necesario revisar paso a paso cada uno de esos puntos que definen al consumidor objetivo.
Sabemos que la yerba mate es “natural” y el consumo hace bien, encuadra en lo que se define como un alimento funcional que es aquel que es capaz de aportar sustancias con funciones fisiológicas definidas brindando beneficios para la salud de quien lo consume.
Recién a comienzos de los años 80 la yerba mate se incorporó al Código Alimentario Argentino, hasta no hace mucho tiempo, la yerba mate no era considerada un alimento.
El potencial está y los estudios científicos que lo avala son muchos pero el proceso y su manipulación deben ajustarse a las normas de los posibles mercados y que van más allá de las buenas prácticas de producción y manufactura.
Se deben realizar controles más estrictos que ajusten el producto a esos mercados que se desea ingresar.
La ciencia y la tecnología deben ser aliados para avanzar y encontrar procesos que mejoren el producto final poseedor de abundantes propiedades naturales y esto no caben dudas, lo que se carece es la aplicación de la tecnología.
Básicamente: ¿Cómo hacemos para beneficiarnos de todas estas propiedades?
En ese sentido, es necesario ver a la yerba mate como un alimento durante todo el proceso que lleva desde el cultivo como lo hacemos hasta el producto final y cómo lo procesamos.
Hay que hacerlo aplicando el criterio de la manipulación de alimentos, cosecha y elaboración, debe tener un tratamiento adecuado al Mercado Objetivo.
Las investigaciones se deben centran en desarrollar procesos tecnológicos que puedan lograr un producto final inocuo y que cumpla con todos los estándares que se pide en el país a donde se apunte.
Se trata de humanizar la cosecha, que permita esta una manipulación o corte de la planta de forma adecuada para garantizar sostenibilidad en el tiempo, un sistema semi mecánico, donde el corte es manual, la planta es bien tratada y la quebranza es mecánica.
Para ganar mercados hace falta ajustar toda la cadena yerbatera.
Hablamos de una cadena donde actúan múltiples actores por eso es necesario hacer estos análisis en los puntos críticos para resolver los inconvenientes de cada etapa para que al final se logre un alimento bueno, inocuo y que cumpla con las exigencias del mercado objeto.
Por José Gabriel Stevenson, Ingeniero Agrónomo MN 18363*50*01 y productor yerbatero (Para Plan B)