La semana pasada no fue buena para el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo. El prestigioso Wall Street Journal informó el pasado jueves que la banca privada había decidido dar de baja el plan de ayuda financiera para el gobierno argentino consistente en un préstamo de 20 mil millones de dólares y ahora se negocia una repo por 5 mil millones de dólares, sin el cual, el BCRA no tendría los fondos necesarios para hacer frente a los vencimientos del mes de enero de 2026.
Pero eso no es todo, tampoco hay reservas para afrontar los pagos al FMI. De acuerdo a las estadísticas del Tesoro de Estados Unidos, el último vencimiento de intereses ante ese organismo se afrontó con Derechos Especiales de Giro norteamericanos (DEGs). Ninguno de los dos gobiernos brindó información al respecto. Si tuviéramos que explicar cuál es el plan de Scott Bessent y Caputo, con total sinceridad deberíamos decir que es poner parches sobre parches hasta que en algún momento se abra el mercado de capitales para la Argentina.
El detalle saliente es que cada parche cuesta carísimo y la cuenta la paga todo el pueblo argentino que, hasta ahora, no ve ninguno de los beneficios.
A esta altura queda claro que el esquema económico diseñado por Toto Caputo sólo se sostiene sobre una aspiradora de dólares que vaya uno a saber adónde van a parar: 20 mil millones del FMI, 20 mil millones del swap con el Tesoro norteamericano, casi 25 mil millones de otros organismos multilaterales de crédito, el dinero ingresado por el blanqueo, la cosecha del campo de este año, incluyendo la liquidación extraordinaria por la baja de retenciones (que duró 24 horas) en septiembre, y los 5 mil millones del oro de las bóvedas del BCRA que no sabemos adónde fue a parar.
Lo cierto es que todavía no aparece la luz al final del túnel y Caputo sigue buscando nuevas fuentes de financiamiento externo, es decir, más deuda sobre la espalda de los argentinos.
Al punto que queremos llegar en el presente análisis es que existe un correlato lineal entre el aumento de la deuda externa del país y el endeudamiento cada vez más pronunciado de los hogares argentinos en el marco de la segunda recesión en dos años de este gobierno.
El economista y director del Centro de Estudios Políticos y Económicos (CEPEC), Leonardo Anzalone, planteó en una reciente entrevista publicada en el portal de Ámbito Financiero que “el crédito puede volver a ser un motor de crecimiento, pero hay una condición clave: los salarios tienen que volver a ganarle a la inflación. Sin mejora del ingreso real, el crédito crece en volumen nominal, pero no en capacidad de tracción sobre la actividad”.
El economista profundizó: “los último datos oficiales muestran que la dinámica salarial perdió ritmo frente a la inflación, y ese es el principal freno hoy. Si esa relación vuelve a darse vuelta –tasas a la baja, inflación en descenso y recuperación del salario real- entonces sí podríamos ver una segunda etapa de expansión crediticia más sólida y con impacto directo sobre el mercado interno”.
Por su parte, el director de CP Consultores, Pablo Moldovan, manifestó que “no solo vemos un cambio significativo en este plano, sino que el Gobierno Nacional sigue operando de forma sostenida, poniéndole un límite a la recuperación de ingresos salariales y no salariales”. Según datos del INDEC, los salarios registrados aumentaron apenas 1,3% promedio durante septiembre y perdieron frente a la inflación de ese mes que dio 2,1%. En consecuencia, la baja del salario real formal fue del 0,8% en el noveno mes del año.
Cada vez son más los hogares endeudados en la Argentina
El estudio “Estrategias de manutención: ¿cómo organizan su economía los hogares argentinos?” del INDEC reveló que “en el primer semestre de 2025, uno de cada cuatro hogares se endeudó y, dentro del estrato de bajos ingresos, lo hizo uno de cada tres”. Se trata de una tendencia que también hallaron distintos relevamientos privados y que inquieta al Gobierno Nacional.
En un estudio sobre el comportamiento de los usuarios financieros, la consultora D’Alessio IROL halló que el 44% de los encuestados se siente más endeudado que el año pasado, una situación que se incrementa a medida que se baja en el escalafón de ingresos: los encuestados de nivel medio-alto afirmaron en el 26% de los casos, en el nivel intermedio un 39% y en el nivel medio-bajo 59%.
El relevamiento también se encontró con que el 40% de los hogares encuestados destina más de la mitad de sus ingresos mensuales para pagar deudas: 16% en el nivel medio-alto, 37% en el nivel intermedio y 55% en el nivel medio-bajo.
La CEO de la consultora, Nora D’Alessio, advirtió en diálogo con el periodista Juan Marcos Pollio de Ámbito Financiero que “la morosidad está subiendo. Cuando miro la data que están generando los clientes y veo que aumenta el pago en cuotas en los supermercados es lo más probable que comience a aumentar la morosidad”.
Sobre este punto, de acuerdo a números del INDEC, el 50,9% de los hogares durante el primer semestre del año recurrió a compras en cuotas o de fiado con tarjeta de crédito o libreta como estrategia de manutención.
Más datos, de acuerdo a un informe publicado por el Banco Central, la morosidad en el sistema financiero prácticamente se triplicó en el último año. Mientras que en el mes de septiembre de 2024 sólo el 2,6% del crédito destinado a familias estaba en mora, un año más tarde ese número se disparó hasta el 7,3% del total de deudas.
La consultora Mercier publicó un estudio que da cuenta que siete de cada diez argentinos sufren estrés financiero. Uno de cada cinco encuestados, prácticamente admite que a menudo necesita pedir dinero prestado para llegar a fin de mes. Otro parte importante siente que perdió el control de sus cuentas. Para el 28% de los consultados, un gasto imprevisto de un promedio de 250 mil pesos los arrastra al borde de la crisis. El 31% afirma que paga actualmente un préstamo. Entre ellos, casi la mitad debe pagar por mes, más dinero del que efectivamente le ingresa.
Por otra parte, informe de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA revela que el uso de la tarjeta de crédito para pagar compras en supermercados trepó del 39 al 46 por ciento entre diciembre de 2023 y mayo de este año. El uso de billeteras virtuales, que es otra forma de acceder al crédito, se incrementó del 7% al 13%.
Mientras tanto, cayó fuertemente el uso de tarjetas de débito (del 34% al 16% de las operaciones) y del efectivo (del 20% al 16%). La sumatoria de todos estos datos nos brinda un panorama completo de la frágil situación que atraviesan los argentinos en un contexto de crisis económica que parece no tener salida al menos en el corto plazo.
Mientras el Gobierno Nacional exhibe logros en materia macroeconómica, los hogares argentinos padecen los coletazos del enfriamiento de la economía, la caída del consumo y la pérdida del poder adquisitivo.
(*) Abogado. Diplomado en Manejo de Crisis y en Análisis de Procesos Electorales. Especializado en Comunicación de Gobierno y Electoral. Becario de la Fundación Konrad Adenauer (Alemania) y del Centro de Análisis y Entrenamiento Político (Colombia).





