El Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym) inició una reestructuración que derivó en el despido de veinte trabajadores de su área administrativa. Esto ocurre semanas después de que el organismo recibiera un presupuesto ampliado y aprobara un aumento del 28% en el valor de la estampilla.

Luego de los decretos del Gobierno Nacional que impulsaron la desregulación total de la actividad yerbatera, el Instituto Nacional de la Yerba Mate comenzó este martes un proceso de desmantelamiento interno que incluyó el despido de veinte trabajadores. La medida se oficializó durante una reunión encabezada por el titular del organismo, el contador libertario Rodrigo Correa, quien asumió el pasado 11 de diciembre, quien estuvo acompañado por un escribano y un grupo de veinte personas.

Esta oleada de despidos genera un marcado contraste, debido a que el INYM aprobó recientemente un presupuesto que asciende a 8.500 millones de pesos para el año 2026, a lo cual se suma el incremento en el valor de la estampilla en un 28%. Es decir, mayor presupuesto y recaudación, en un contexto en el cual el Gobierno nacional redujo drásticamente las potestades regulatorias y de control del organismo yerbatero a funciones meramente administrativas.

La lista de cesantías conocida este martes, es apenas el prólogo de lo que anticipa ser una purga mayor, mientras la crisis de representatividad y la pérdida de control sobre la cadena de valor amenazan la supervivencia de miles de familias productoras misioneras.

El INYM aprobó elevar el valor de la estampilla un 28%

Sin embargo, pese a tener menos funciones, y comenzar ahora a prescindir de personal, en un proceso de reestructuración interna impulsado por la nueva administración nacional del Instituto, se tomó una decisión clave que afecta a toda la cadena productiva. El jueves 18 de diciembre, durante la primera reunión formal de su gestión, Rodrigo Correa y su equipo aprobaron un proyecto para aumentar el valor de la estampilla.

De esta manera, el proyecto del organismo es que la Tasa de Inspección pase de 25 a 32,12 pesos por cada kilo de yerba mate comercializado. Este movimiento representa una suba de más del 28%, que tendrá su consecuente impacto en el precio en góndola, pero que no se traducirá en una mejora del precio que se le paga al productor por la hoja verde. Desde la conducción del INYM justifican que es para recomponer el presupuesto.

El aumento de la estampilla, uno de los primeros actos de la nueva conducción, necesita ahora la convalidación final del Gobierno nacional a través de la Secretaría de Agricultura de la Nación, que tendrá la última palabra. Este incremento en los costos de fiscalización llega en un momento de alta tensión para el sector productivo, que observa con preocupación los despidos y la pérdida de herramientas regulatorias por parte del organismo que tradicionalmente lo representaba y protegía.