Por Fernando Retamozo. Politólogo y Periodista
El año se termina con el mismo clima con el que empezó: áspero y marcado por una economía nacional atravesada por el ajuste, la recesión y la escasez. Desde Misiones no desconocemos esa realidad ni la usamos como excusa.
Sabemos que ninguna provincia está al margen de la macroeconomía, pero también sabemos que siempre hay margen para decidir cómo gobernamos.
Elegimos menos discurso y más cercanía, menos épica y más vida cotidiana. Gobernar hoy es sostener, ordenar y acompañar.Después de dos años de recortes y de un ajuste nacional severo, nos enfocamos en atender lo pequeño, lo simple y lo urgente.
Sostenemos los programas Ahora para cuidar el consumo y al comercio local, fortalecemos el “Mirar Mejor”, garantizamos el boleto educativo, avanzamos con la entrega de títulos de propiedad, defendemos una salud pública de calidad sin costo y promovemos una educación de vanguardia en los tres niveles.
No hay grandes obras, pero hay presencia del Estado donde hace falta. En contextos de crisis, lo pequeño también construye estabilidad.
Esta lógica de gestión parte de una convicción política clara: la cercanía no es una consigna, es un método. Estar en el territorio, escuchar, resolver y volver. Donde faltan recursos, multiplicamos la gestión.
Donde no hay anuncios rimbombantes, hay acción cotidiana. Esta forma de gobernar nos permite sostener políticas públicas esenciales aun cuando el contexto nacional empuja al achique sin criterio.
En ese camino también expresamos una renovación generacional que aporta energía, mirada de futuro y compromiso con la gestión. Sebastián Macías, expresidente de Vialidad Provincial y actual titular de la Cámara de Representantes, encarna nuestra generación Neo Misionerista que entiende al Estado como herramienta y no como botín.
No es un dato menor que haya sido nuestro Renovador que derrotó al libertario Hartfield en las elecciones de junio. Allí también hay una señal política clara sobre el valor de la gestión frente a los discursos extremos.
Esta renovación convive con un reordenamiento profundo del Estado, que incluye empresas públicas y SAPEM. Menos gastos, menos cargos y menos estructuras innecesarias. Hacemos una revisión constante de todas las áreas y tomamos una decisión política firme: el que no trabaja, queda afuera. Sin eufemismos ni excepciones. Nuestro gobernador Hugo Passalacqua resolvió achicar donde corresponde para sostener lo que verdaderamente importa, con equilibrio fiscal y prioridades claras.
En ese marco se inscriben los cambios impulsados por nuestro gobernador en las segundas líneas del Gobierno. La capital misionera avanza en la misma dirección. La Municipalidad y el Concejo Deliberante cerraron el año con decisiones institucionales relevantes: la actualización del Digesto Jurídico Municipal 2024/2025, que consolidó más de 1.300 ordenanzas vigentes, y avances en accesibilidad, ambiente, modernización parlamentaria y regulación del transporte. La ordenanza del Sistema Integrado de Transporte Urbano y Metropolitano (SITUM) es una herramienta central para ordenar y planificar la movilidad urbana, con reglas claras y mirada de largo plazo.
Este proceso fue posible gracias al trabajo articulado con la gestión del intendente Leonardo Stelatto, que expresa nuestra manera de entender la política: servicio al vecino, honestidad y transparencia en el manejo de los recursos. El dato más contundente es el cuidado del dinero público: el presupuesto 2026 reduce en un 30% los fondos del Concejo Deliberante, llevándolos al 5,83% del total municipal, muy por debajo del límite de la Carta Orgánica.
Antes de esta gestión, esa incidencia superaba el 10%. Menos gasto político y más eficiencia estatal.
En el plano provincial, aun en un escenario crítico para todas las economías subnacionales, volvimos a mostrar madurez política. El pago de los aguinaldos fue posible gracias a nuestra decisión estratégica: respaldar el Presupuesto nacional para que la Nación respalde a la provincia. No hubo seguidismo, hubo negociación inteligente y resultados concretos. Hubo diálogo permanente, un rol activo de Misiones y gestiones políticas —como las encabezadas por Diego Santilli— que ayudaron a destrabar situaciones complejas y a garantizar previsibilidad.
Porque cuando la política deja de gritar y empieza a hacerse cargo, incluso en la escasez, gobernar cerca de la gente no es una consigna: es nuestra decisión y nuestra responsabilidad.





