Medios nacionales pusieron el foco en Capioví y lo consagraron como el pueblo más navideño del país. Con veinte cuadras decoradas, un árbol de 14 metros y una fuerte identidad comunitaria, la localidad misionera se convirtió en un destino turístico destacado cada diciembre.
Una vez más en esta época del año los medios nacionales destacan a Capioví como “el pueblo más navideño de la Argentina”. Se da por su original propuesta festiva, su compromiso comunitario y una puesta en escena que transforma cada diciembre.
La cobertura resaltó cómo una pequeña localidad del interior de Misiones logra, año tras año, convertirse en un fenómeno turístico y cultural. Calles, plazas y edificios públicos se llenan de figuras gigantes, luces LED y montajes florales realizados en gran parte con materiales reciclados, como botellas plásticas y otros elementos reutilizables.
Según reflejan los informes nacionales, Capioví pasó de ser un pueblo casi desconocido a posicionarse como un emblema de la Navidad argentina. Hace 17 años, la celebración apenas se limitaba a una catequesis decorada en la parroquia. Hoy, el despliegue abarca unas veinte cuadras completamente intervenidas y atrae a miles de visitantes.
El epicentro de la propuesta es la Plaza Central, donde se levanta un árbol de Navidad de 14 metros de altura. Allí se concentran los eventos principales, los fines de semana, con actividades que se extienden hasta el 28 de diciembre. Alrededor del paseo se instalan ferias de artesanos y puestos gastronómicos que completan la experiencia.
En diálogo con medios nacionales, la directora de Turismo de Capioví, Carolina Silva Ramos, explicó el significado del árbol central. “Este año se optó por galletitas que representan el deseo de prosperidad y abundancia para cada hogar”, detalló. Las estrellas, agregó, simbolizan la fe que ilumina el camino colectivo.
El árbol combina ramas blancas y verdes, cada una con un mensaje. “Las blancas nos envuelven en un abrazo de paz y alegría, mientras que las verdes evocan el renacimiento y la esperanza”, explicó Ramos, en declaraciones que fueron replicadas a nivel nacional.
El recorrido navideño incluye puntos emblemáticos que los medios destacaron como postales obligadas. En el acceso al pueblo, la rotonda principal alberga la “Casita de las Fotos”, donde familias y turistas se detienen a registrar su llegada. Es la primera imagen del Capioví festivo.
La Avenida de los Próceres y la Avenida San Luis Gonzaga completan el circuito, con decoraciones que se renuevan cada año. Figuras, luces y arreglos cambian de lugar para sorprender incluso a quienes regresan todos los veranos.
Vecinos de Capioví, líderes de una tradición navideña
Una de las novedades más comentadas fue el traslado de la figura gigante de Papá Noel. En esta edición, recibe a los visitantes desde la terminal de ómnibus. “Queremos que todo el pueblo se sienta protagonista”, explicó Ramos. La decisión de rotar los íconos fue valorada por la prensa como parte de una estrategia creativa y participativa.
Otro aspecto que captó la atención nacional es el perfil sustentable de la fiesta. A lo largo del recorrido se instalan estaciones ecológicas donde vecinos y visitantes depositan tapitas, botellas, bolsas y otros materiales reciclables. Todo se reutiliza para futuras ediciones.
“Lo que otros descartan, acá se transforma en estrellas, renos o duendes”, señaló Ramos. Esa lógica de reciclado se convirtió en una de las marcas distintivas de la Navidad en Capioví.
La inclusión social también fue destacada. Alumnos de la Escuela Especial N°36 participaron activamente en la construcción del “árbol de los buenos propósitos”, lijando y armando piezas de madera. Un gesto que refuerza el carácter comunitario del evento.
La inauguración oficial fue el sábado 29 de noviembre, coincidiendo con el inicio del Adviento. Esa noche, más de diez mil personas colmaron la plaza central, superando ampliamente la cantidad de habitantes del pueblo. El encendido del árbol y el show de Los Rancheros marcaron un récord histórico de convocatoria.
“Fue como ver a Capioví duplicado bajo las luces”, recordó Ramos. Muchos visitantes llegan exclusivamente para presenciar ese momento, que ya se convirtió en un ritual cargado de emoción.
La temática de las galletitas del árbol central también despertó interés nacional. No son comestibles. Son réplicas que homenajean las recetas traídas por los inmigrantes europeos que fundaron el pueblo. Cada adorno cuenta una historia y conecta a los visitantes con la memoria local.
Trabajo de todo un año para una celebración especial
La Navidad en Capioví no se limita a un solo día. Todos los sábados y domingos, hasta el 28 de diciembre, la plaza se transforma en un espacio de encuentro con música, ferias y actividades para toda la familia. La entrada y el estacionamiento son gratuitos.
Además, la decoración permanecerá instalada hasta fines de enero, para que los turistas que lleguen después de las fiestas puedan recorrer el pueblo y disfrutar de una puesta en escena que ya trasciende las fronteras de Misiones.
Así, Capioví volvió a ocupar un lugar destacado en la agenda de los medios nacionales. Un pueblo pequeño, con una idea simple y una enorme vocación colectiva, que cada diciembre demuestra que la Navidad también se construye desde la identidad, la creatividad y el trabajo comunitario.
Fuente: infobae.









