El designad ministro del Interior dijo que la nueva ley que impulsa el gobierno busca que crezca el empleo en blanco y dejó en claro que las negociaciones con los mandatarios tendrán como marco la defensa del superávit fiscal.
“El desafío es que logremos que haya ocho millones más de trabajadores formales”. Con el planteo de ese objetivo, el flamante ministro del Interior, Diego Santilli, salió a defender el proyecto de reforma laboral que impulsa el gobierno de Javier Milei y él tendrá que negociar con gobernadores y bloques legislativos de la administración dialoguista.
El dirigente del PRO que encabezó la lista de candidatos a diputados del oficialismo en la provincia de Buenos Aires le puso números a uno de los dramas de la economía argentina: el trabajo en negro. De acuerdo a lo que Santilli dijo en diálogo con el periodista Eduardo Feinmann, de veintitrés millones de personas en edad de trabajar, solo seis millones tienen empleo formal en el sector privado y casi tres millones en el sector público, lo que deja a catorce millones entre la desocupación y la informalidad.
“No tienen acceso a la vacunación programada, no tienen acceso a la salud, no tienen acceso a la jubilación”, remarcó.
El todavía diputado –asumiría formalmente el miércoles– negó que la reforma laboral vaya a afectar los derechos de los trabajadores actuales. En ese sentido, recordó que el presidente Javier Milei dejó en claro que la idea es legislar “hacia adelante”.
Según contó Santilli, la pretensión del gobierno de vehiculizar el presupuesto 2026 y las reformas de “segunda generación” –laboral, tributaria y previsional– fue el tema central de la reunión que mantuvo el domingo con Milei, luego de aceptar el cargo de ministro.
En ese sentido, dijo que su función será negociar con los gobernadores, senadores y diputados para construir las mayorías que se necesitan para sancionar esas iniciativas.
Santilli adelantó que escuchará a los mandatarios provinciales, que tienen reclamos varios a la Nación como inversiones en infraestructura y el pago de deudas previsionales, pero también marcó la cancha al advertir que las conversaciones se darán “dentro del marco definido por el presidente”, cuyo eje es el equilibrio fiscal y la eliminación del déficit.




