
Más de 50 cadáveres se encontraron este miércoles por los habitantes de las favelas de Río de Janeiro, luego del operativo policial que dejó un saldo oficial de 64 muertos. Los cuerpos, que pertenecen en su mayoría a hombres jóvenes, fueron recuperados en las inmediaciones de los complejos de Alemão y Penha, dos de las zonas más pobres y violentas de la ciudad.
La agencia EFE confirmó que los vecinos, sin apoyo de las autoridades, organizaron la búsqueda en áreas boscosas y callejones, y colocaron los cuerpos en una plaza del barrio de Penha. Según el diario O’Globo, la cifra de cadáveres hallados por los residentes ascendió a 56.

En las imágenes difundidas por medios locales, se observan los cuerpos alineados sobre el suelo, a la vista de los vecinos y periodistas. La recuperación estuvo liderada principalmente por mujeres que buscaban a sus hijos, hermanos o compañeros desaparecidos desde la jornada anterior.
Conmoción tras la masacre en Río De Janeiro
El operativo, bautizado “Contención”, movilizó a unos 2.500 agentes y tenía como objetivo ejecutar 100 órdenes de arresto contra integrantes del Comando Vermelho, una de las facciones criminales más poderosas de Brasil. Durante el enfrentamiento, los narcotraficantes levantaron barricadas incendiarias y bloquearon accesos, lo que paralizó gran parte de la zona norte de la ciudad.
El balance oficial divulgado la noche del martes informó 64 muertos, entre ellos cuatro policías, y 11 heridos, además de 81 detenidos. Sin embargo, las autoridades no precisaron cuántos cuerpos se recuperaron posteriormente por los vecinos ni si están incluidos en el registro inicial.
Los bloqueos y tiroteos interrumpieron el tránsito de más de cien líneas de autobuses y obligaron a cerrar decenas de escuelas y centros de salud. Este miércoles, la ciudad amaneció sin incidentes y con el tráfico restablecido, aunque la población de las favelas continúa conmovida por el nivel de violencia del operativo.

Las repercusiones internacionales del caso
La repercusión internacional no tardó en llegar. La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos expresó su preocupación y dijo sentirse “horrorizada” por lo ocurrido. En un comunicado oficial, recordó a las autoridades brasileñas “sus obligaciones ante el derecho internacional” y exigió que “se conduzcan investigaciones prontas y efectivas” sobre las muertes.
El organismo también advirtió que esta operación “sigue una tendencia de violentas intervenciones policiales contra comunidades marginales” en Brasil, donde persisten graves denuncias por abusos y ejecuciones extrajudiciales en zonas empobrecidas.




