Mientras el mundo, avanza con la inclusión del otro, sin preconceptos, sin estigmas, sin prejuicios y basado en el fundamental sentimiento humano del respeto, días pasados se llevó adelante una actividad religiosa, donde solo hombres, y según la convocatoria, se reunieron para rezar el rosario con el propósito de restaurar el orden que, durante siglos, rigió la humanidad. La reunión se realizó en el Hito de las Tres Fronteras.
La actividad recibió el repudio de la Asociación Feminismos y Disidencias, que hizo público lo que consideraron una intención clara de “luchar en contra de la diversidad de género, buscando instaurar los valores cristianos que han quedado atrás”; lo que no constituye otra cosa sino, que una explícita incitación al odio, abiertamente pronunciada ante los fieles y turistas que allí se encontraban. Esto fue sin objeción alguna, replicado por los medios locales de manera textual, incrementando la llegada de este discurso odiante y estigmatizante a la mayor cantidad de habitantes posibles, contribuyendo al fortalecimiento de las desigualdades estructurales de nuestra sociedad que intentamos erradicar.
En ese contexto exigen una “una gestión pública integral, sensata y transparente; que permita la participación real de la sociedad civil en la toma de las decisiones para que construyan sus existencias y su futuro. Es imprescindible que se generen espacios de debate genuinos que acerquen a las organizaciones de la diversidad y a sus activistas, a las diferentes instituciones, para lograr la planificación e implementación de políticas públicas claramente consensuadas, y que tengan como finalidad una verdadera inclusión de nuestras comunidades a la sociedad Iguazuence. El orden social es también responsabilidad del municipio, más aún cuando existe una dirección de diversidad y géneros local.
No es tiempo de quedarse callados
El colectivo sostuvo que urge dejar de actuar en forma pasiva y figurativa para trasgredir estos paradigmas y “exigir el cumplimiento de todos y cada uno de los derechos humanos que se nos fueron otorgando a partir de las luchas de varias generaciones, a sabiendas de que existen leyes nacionales y tratados internacionales a los que argentina suscribe, que protegen y reconocen nuestra identidad y existencia”. Así también consideraron que es “imprescindible sensibilizar a las autoridades e instituciones para que comprendan la emergencia de pronunciarse acerca de estos temas y contener la situación con la finalidad de poner fin a un discurso imperante de odio y estigma, que no solo exacerban las diferencias en nuestra sociedad, sino que contribuyen a normalizar estas prácticas tan nocivas”.
Así, expresó su más enérgico repudio ante la exacerbación del odio hacia los miembros de la comunidad LGBT del que fueron víctimas en últimos días de innumerables hechos de violencia mediante los cuales, se atenta sobre una serie de derechos fundamentales para el orden social; como ser el derecho de admisión y permanencia en locaciones privadas de acceso público, el derecho al trato digno e igualitario, el derecho al acceso a la salud, el derecho a la previsión social y hasta el derecho a la integridad física y a la vida.